domingo, 21 de enero de 2007

Psicología Sexual.



Por Lourdes Berrocal de González
Terapeuta familiar y de parejas
Especial para prensa.com


Ante todo mil disculpas a quienes se sintieron ofendidos por mi escrito anterior. Jamás ha sido mi intención ofender; sin embargo al inicio del mismo señalé que mi punto de vista no iba a ser aceptado por muchos.

Quiero recalcar que no tiendo a ser radical en mis puntos de vista y generalizar una situación al punto de convertirla en realidad para todos.

Por eso somos seres humanos y de allí la grata y envidiable diferencia que permite la irrepetibilidad de las experiencias vividas. Por eso siempre sostengo “algunos casos”, nunca utilizo “en todos los casos”.

Al tema entonces. La palabra prohibido provocó múltiples reacciones, me esperaba que trajeran el tema de la infidelidad de la cual hablé por espacio de un mes, durante el año pasado. Las relaciones prohibidas, léase bien, no relaciones imposibles es el verdadero tema en cuestión.

A Eva le dijeron “no comas del fruto prohibido”, y para allá se fue; y como Adán le hacía caso en todo lo probó también. Tienes menos de 18 y te dicen que están dando una película para mayores de edad y te enfilas para allá.

Si no, veamos las fotos que sacan de los chicos en las discotecas y verán a más de uno sin cédula pero haciendo lo prohibido. Porque romper las reglas nos resulta divertido, diferente y excitante.


Lo mismo ocurre cuando nuestras familias de origen nos prohíben salir con Zutano o Mengana por ser diferentes. ¿De quién nos enamoramos más? Exacto, de Zutano o Mengana. Cada quien es libre de enamorarse de quien le parezca. Pregúntenles a Romeo y Julieta... juntos hasta la tumba. Shakespeare no hubiese sido más famoso si no le pone el toque de lo prohibido a su famosa obra. ¿Qué le veía Don Quijote a Dulcinea? No sé, nunca le pregunté, pero el Hombre de La Mancha la encontraba espectacular.

Sólo quiero reflexionar sobre un tema que parece que nadie reparó y fue en el de las diferencias religiosas y económicas. Muchos comentaron sobre las diferencias étnicas y de edad. ¿Será que enamorarte de alguien que no comparta tus creencias religiosas no es importante, será que la religiosidad no es parte importante al momento de elegir pareja? ¿Por qué tanta boda pomposa en la iglesia más decorada de la ciudad? Para algunos grupos es el centro de la elección de pareja y así poder mantener sus tradiciones milenarias; y que además practican fervorosamente día tras día.

Definitivamente que las diferencias económicas pasaron inadvertidas. Ustedes estarían más que orgullosos de ver llegar a sus hermanos, primos, o hijos con Yatzuri Yamileth (o a su hermanita, prima o hija con un Eminem y su boca de desagüe antifeminista) del brazo este domingo a la cena de Nochebuena.

¡Me invitan a la pedida de mano! Esta boda va a tener de todo pero como son felices por la decisión de su hermano, primo o hijo bailarán hasta que salgan los “guns” para variar de los aburridos fuegos artificiales a los cuales su querido hermano, primo o hijo se acostumbró. Hasta allí el sarcasmo, no pude evitarlo.


Disfruten de todos los atractivos. El asunto no está ni en el color ni la religión ni en la cuenta de banco. Está como dije en el artículo de la semana pasada en la admiración y el respeto que se tengan mutuamente.

Pero, recuerden, no vivimos aislados del mundo. Venimos de una familia y queremos formar la propia. Cuando los padres de la nueva pareja bendicen la unión las posibilidades de éxito son más altas aunque nada garantiza ninguna unión sin Dios en ella. ¡Por eso celebramos este fin de semana su llegada! Volver a entrada "http:bersoa.blogspot.com

No hay comentarios: